LITERATURA ESPAÑOLA, LITERATURA INFANTIL Y EDUCACIÓN LITERARIA

jueves, 24 de enero de 2013

Reflexión del bloque 2


La reflexión de este segundo bloque irá relacionada con los textos folclóricos, su selección y adaptación. De modo que la empezaré  haciendo un resumen de lo que vimos en clase y de lo que he aprendido.

Hablamos en primer lugar del FOLCLORE, y mi profesora lo definió como una tradición del pueblo que ha ido pasando de generación en generación. Es decir, es una tradición antigua que ha ido evolucionando con los años debido a las manifestaciones de la cultura de un grupo.  

A continuación mi profesora nos mostró las características de los textos folclóricos, para que entendiéramos mejor el concepto:
-          Son populares.

Nacen, se desarrollan y se transmiten a lo largo de los siglos por el pueblo.

-          Son de transmisión oral.

Esta puede ser vertical (tiempo) como Caperucita Roja o horizontal (espacio) como Los Tres Cerditos.

-          No son infantiles, sino familiares

-          Un texto folclórico tiene multitud de versiones

-          También diferentes orígenes

-          No tienen autor, pues cada persona que lo cuenta, le añade algo suyo.

-          No tienen intención moralizante.

-          Reflejan la realidad de su época.

-          Reflejan los deseos y sueños del pueblo.

-          Son simbólicos.

Con esa teoría asentándose en nuestra cabeza, nos pusimos a pensar en esos cuentos que nos contaban y que contábamos de pequeños. Cada uno de nosotros lo conocía de manera diferente y eso es debido a que las cosas que nos había contado mi profesora eran verdad. En el folclore, cada persona añade algo suyo y por eso existen multitud de versiones.

Es por eso por lo que dividimos el FOLCLORE en mitos, cuento de hadas o maravillosos, cuentos de animales, cuentos de fórmula

“¿Cuentos de fórmula? ¿Qué narices será eso?” pensé al principio. No era consciente de que a pesar de no conocer el término concreto, yo había oído y contado muchos cuentos de formula.

Pues bien, los cuentos de fórmula son aquellos que debemos aprender de memoria para que al contarlos, tengan un cierto sentido. En clase vimos los siguientes tipos:

-          Cuentos mínimos. Son aquellos que se cuenta para vacilar a los niños (cuento de Maríacastaña, Juan y Pinchame, cuentos de no acabar…)

-          Cuento acumulativos. Son de argumento sencillo, pero el nudo son personajes que hacen lo mismo (La ratita presumida, El gallo Quirico…)

También nos explicaron el teatro folclórico, que se dividía en religioso y profano, y la poesía, cuyos versos tenían como fin ser recitados.

Por último, mi profesora nos hizo salir de dudas respecto a la diferencia entre VERSIÓN y ADAPTACIÓN.

Las versiones tienen cambios no intencionados, sin embargo, en la adaptación si hay una intencionalidad concreta. Lo ideal en los cuentos es que no estén muy adaptados.

A partir de aquí, mi profesora nos fue hablando de conocidos autores que adaptaban cuentos folclóricos o estaban relacionados con ellos de alguna manera:

-          Charles Perrault adaptaba cuentos intencionadamente con fin de moralizar, y los contaba tanto a los niños como al resto de personas de la corte. Al final del cuento, siempre había uhna moraleja.

-          Los Hermanos Grimm crearon una antología de textos folclóricos de Alemania para que los textos no se perdieran, y esta antología tuvo un éxito escandaloso. De ahí su fama.

-          Andersen modificaba cuentos a su gusto, hacía adaptaciones. Su vida se reflejaba en la historia del patito feo. Sus cuentos son famosos por lo triste que son.

A estos los conocía de oídas, pero más a los Hermanos Grimm. Fue muy interesante hablar sobre cuentos que todos conocíamos desde pequeños y descubrir sus adaptadores.

Otros escritores de los que hablamos, y a los cuales yo no conocía,, fueron Fernán Caballero y Mme. Le Ponde de Beaumont y Armand Berquin.

Este bloque fue bastante interesante. El segundo que más me gustó de hecho, pues fue como un regreso a la infancia. En cada clase no podía evitar acordarme de cuentos que me compraron mis padres cuando era pequeña, muy pequeña. Caperucita Roja, Los tres cerditos, Hansel y Gretel… ¡como me gustaba leerlos y que me los leyeran! (Bueno… yo más que leerlos me limitaba a ver los dibujos, pero os aseguro que esos cuentos me apasionaban) Además, muchos de esos cuentos fueron llevados al cine. O ¿quién no ha visto alguna vez la famosa película de Blancanieves y los siete enanitos de Disney?

Eso me recuerda que también aprendimos en qué consistía eso de adaptar un cuento y que pautas debíamos seguir (por ejemplo, había que respetar el esquema, y aunque los personajes cambiaran debían conservar el mismo roll)

En fin. ¿Qué más puedo decir?

Ya me estoy imaginando a mi misma enseñando refranes a los niños, contándoles viejos cuentos y también haciendo adaptaciones de otros, pues no es lo mismo contar un cuento a un niño de primer ciclo de primaria que a uno del tercero, enseñarles canciones populares, insistirles en que pregunten sobre cuentos folclóricos a sus padres o abuelos…

Está claro que hay mucho que hacer si queremos conservar esta tradición. No debemos dejar indiferentes a los niños, pues de ellos dependerá que los cuentos sigan evolucionando y transformándose.

 

1 comentario:

  1. Bien. La poesía se asocia con el juego, la música y el baile. Es una reflexión superficial que no refleja todo lo trabajado.

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