LITERATURA ESPAÑOLA, LITERATURA INFANTIL Y EDUCACIÓN LITERARIA

viernes, 25 de enero de 2013

¡En Finlandia la cosa cambia!


Hoy, dando vueltas por blogger, he llegado a la siguiente entrada de una amiga mía:


Esto ha hecho que me entraran ganas de investigar un poco y la verdad es que me he enterado de cosas muy curiosas.Igual que mi amiga Miriam decía en su blog que ella no creía en las casualidades yo tampoco, así que me he puesto a investigar sobre la educación en Europa para ver si se daba algún dato sobre Finlandia y…

¡¡Resulta que Finlandia es el país número uno en educación en Europa!!

Este país nórdico, lidera el informe PISA con una enseñanza gratuita poniendo en primaria a los profesores mejor preparados después de una exigente selección.

¿Sabéis que quiere decir eso? Que los niños finlandeses de hoy, serán los mejor cualificados para mañana, para el futuro, y es que tan sólo un 8% de los alumnos finlandeses no termina sus estudios obligatorios.

Lo primero que podemos pensar conociendo estos datos, es que es una educación más estricta, más horas, mas trabajo, pero lo más sorprendente de todo es que no es así. El propio colegio es el que les aporta absolutamente todo el material escolar, y hasta 5º de primaria no existen las calificaciones numéricas. Respecto al horario… ¡menudo horario! La jornada escolar suele comenzar sobre las 08:30-09:00 de la mañana hasta las 3 de la tarde, con un paréntesis del almuerzo de 12:00 a 12:30. Las 875 horas lectivas de España, allí se reducen a nada más y nada menos que 608.

Pero… ¿cómo pueden obtener mejores resultados en menos tiempo?

Según lo que he leído, el éxito finlandés se debe a la forma en que encajan la familia, la escuela y los recursos socioculturales (bibliotecas, ludotecas, cines…). Hay factores importantes que influyen en el alto nivel del país, como las numerosas ayudas que se dan a las familias para que puedan trabajar y a la vez cuidar de sus hijos o que para ellos ir los fines de semana a la biblioteca sea lo más normal del mundo, pero la más importante y la que quiero recalcar por encima de todas es la elevada calificación académica del profesorado en Finlandia. Además, a mi modo de ver realizan una organización muy inteligente, ya que sitúan a los mejores maestros en los primeros cursos de enseñanza, donde se aprenderán todas las bases de los futuros aprendizajes.

Por otro lado, no puede ser maestro cualquiera, ya que se necesita alrededor de una media de 9 sobre 10 en bachillerato para acceder a los estudios universitarios de magisterio, donde por otro lado, te exigen una entrevista personal donde se comprobará si de verdad vales o no para ser profesor.

Mientras que allí es un honor ser maestro, aquí se nos degrada. O ¿quién no ha escuchado alguna vez la frase de “no me compares magisterio con…” o “¿los que estudiáis magisterio aprendeis a sumar y restar en clase o como funcionais?”?

A mi modo de ver, el problema de España está en que no se da a al educación la importancia que verdaderamente tiene, y por eso estamos como estamos.

 
“La educación es la llave para el desarrollo de un país”
 Harri Skog, secretario de Estado de Educación de Finlandia.


Reflexión del bloque 5


En el bloque 5 hemos trabajado la creación literaria, y tengo que decir que ha sido el bloque que más me ha gustado de todos. A mí, escribir no se me da ni bien ni mal, pero nunca he recibido ese empujoncito que me faltaba para hacerlo. Nunca he sabido cómo empezar.

Sin embargo, las estrategias que hemos visto en clase me han dado el empiece para hacer relatos muy divertidos y, si yo me lo he pasado bien haciéndolos, no me quiero ni imaginar cómo se pondrían los niños.

Pero me estoy adelantando un poco. Primero quiero que veáis tres aspectos que vimos en clase y que debemos tener en cuenta:
-          La palabra “redacción” no define nada, significa poner por escrito con coherencia y cohesión. Así que sería conveniente empezar a eliminar esas redacciones de Navidad, o de verano…

-          Los actos de creación como tales son todos perfectos, siempre hay que felicitar a los niños y nunca ponerles una nota numérica.

-          Siempre  hay que ejemplificar

También hablamos de los pasos que debemos seguir, tanto los niños como nosotros para crear un texto:
-          Imaginar o pensar lo que queremos decir. Anotar ideas que te vayan surgiendo.

-          Estructurar ideas.

-          Revisar el texto.

-          Pasarlo a limpio.

Estos textos pueden ser dramáticos o estar en prosa o verso.

Texto dramático: se trata de un diálogo contextualizado. Consiste en poner en diálogo un cuento.

Texto en prosa: suelen ser cortos y de ficción, como por ejemplo, los cuentos. Para crear este tipo de textos vimos una larga lista de estrategias: cuentos encadenados, cuentos al revés, cuentos de las seis preguntas (¿Qué? ¿Dónde? ¿Qué ocurre?...), ensaladilla de cuentos, etc.

Texto en poesía: aunque los niños tengan la idea de que para hacer poesía las frases de esta tengan que rimar, no es así. Existen dos tendencias que surgieron hace mucho tiempo y que son totalmente distintas a lo que ellos entienden por poesía:

-          Verso libre: los versos mantienen el mismo ritmo pero no existe rima.

-          Versículos: poemas que no tienen ni ritmo ni rima

Por otro lado vimos también la letanía, que consiste en escribir muchas frases similares a una primera. El ejemplo que puso mi profesora en clase fue el siguiente:
Mi mamá es como una profesora que me enseña.
Mi mamá es como un helado de chocolate.
Mi mamá es como un oso de peluche.
Mi mamá es como el cielo azul.
Mi mamá es como una rosa en primavera.
Mi mamá me quiere. (Verso de cierre)

Pienso que todos los profesores deberíamos volcarnos para fomentar en los niños la creación literaria, pues es algo que se está perdiendo. Por lo que vi en mis prácticas, los niños no saben escribir cuentos, no saben centrarse en el argumento ni darle un sentido a la historia. El día de Halloween, la profesora de Lengua les mando escribir un cuento de terror a los alumnos de sexto. Estos al principio se mostraron bastante rezagados y sin ningún ánimo (¡con lo que me gustaba a mi cambiar la rutina de la clase cuando era niña y crear cuentos!). Finalmente, se pusieron a hacerlo y el resultado fue verdaderamente espantoso para unos niños de entre 11-12 años. Sólo con ver el nivel de la clase ya pude deducir que habían trabajo muy poco el tema de la creación literaria en toda su estancia en primaria, porque si así lo hubieran hecho, los resultados habrían sido muy diferentes.

Igual que yo me lo pasé como una enana haciendo actividades como inventarme mi propio país, haciendo letanías y demás actividades (véase la entrada El País de los Dulces y Actividades interesantes), ellos también pueden aprender disfrutando.

Recuerdo que en el colegio al que iba de niña, todos los años se hacía un concurso de literatura. En él, participaba todo el colegio y consistía en lo siguiente: todos los niños debían escribir o bien un texto en prosa o uno en poesía, meterlo en un sobre y escribir en él un seudónimo. Así, llegaría el día en que se reunirían todos los cursos y se iría diciendo el ganador de cada uno a través del seudónimo. Yo nunca gané, pero recuerdo qué me esforzaba siempre al máximo esperando que ese año se nombrara mi seudónimo. De niña me encantaba la poesía, por lo que mis textos siempre eran poemas. Me hace gracia encontrarme a veces por mi habitación poemas de cuando tenía 8 años… ¡hay que ver que malos son! Jajaja

Es raro que hace 10 años se fomentará más literatura que hoy en día. Con la cantidad de recursos que tenemos ¿por qué permitimos esto?

Si algún día soy profesora de lengua me encantaría que por lo menos un día a la semana estuviera dedicado a la creación literaria, o que por lo menos algunos de los ejercicios que les mandara estuvieran relacionados con ella. Dar libertad a los niños para que ellos pudieran crear sus propios relatos, utilizando estrategias como las que hemos visto en clase.

Además, es importante proponerles estas actividades como algo divertido, pues si no, pasará como a mis alumnos de sexto en prácticas, que se les propondrá algo y se mostrarán perezosos. Yo por mi parte, investigaré sobre más estrategias de este tipo, pues para poder enseñar a los niños cosas sobre creación literaria, primero tengo que estar puesta yo en el tema.
 

Los niños son increíbles


Buscando en varias páginas de internet, he hecho una pequeña recopilación de frases graciosas de niños de primaria. ¡Tenéis la risa asegurada! Aquí os las dejo:

Guillermo, 9 años
Estaba en el sofá viendo la tele y se le cayó la Coca-Cola que se estaba tomando y le dijo a su madre: Mamá, se me ha caído la Coca-Cola en el sofá, pero no pasa nada, la he tapado con el cojín.

Eduardo, 6 años
Una mañana, cuando su madre lo despertó para ir al cole, le dijo Eduardo: ‘No quiero ir más al colegio. Bórrame’. La madre le contestó:
‘Pero si ya no te puedo borrar, tienes que ir todos los días’. Eduardo, con cara de asombro, preguntó: ‘¿Es que me habéis apuntado con boli?’

Juan Antonio, 8 años
Los padres de Juan Antonio estaban comentando lo cansados que estaban con el negocio familiar que era una panadería. Así que Juan Antonio les dijo:
“PUES VENDÉIS EL HORNO Y OS COMPRÁIS UN CORTE INGLES”

María, 5 años
María escribió en un folio este texto a su padre:
“ERES EL MEJOR PAPÁ DEL MUNDO. TE QUIERO MUCHO. ALGUNAS VECES TE PASAS CON LA SAL, PERO CADA UNO TENEMOS NUESTRAS COSTUMBRES”

Tomás, 6 años
Un día Tomás le preguntó a su madre: ‘Si quieres ser torero, ¿el toro hay que llevarlo o te lo dan allí?

Marina 7 años
Un día su primo Óscar le contaba que él conocía a dos chicas que eran gays y Marina le dijo: “No se dice gays, se dice colombianas”

Irene, 7 años
Sus padres están separados y, cuando algún hombre le habla a su madre, ella aparece y dice, señalando a su madre: ¿¡¡¡Tú sabías que ésta tiene 36 años!!!?

Guillermo, 9 años
Cuando a Guillermo le dijeron que le tenían que operar, él se quedó muy preocupado, aunque no era nada grave, y su madre intentó consolarlo diciéndole: “¡No llores, tonto! ¿No ves que como vas a estar dormido no te vas a enterar de nada?” Entonces Guillermo dijo, más tranquilo: “Ah, pero... ¿es que me van a operar por la noche?”

Paco, 8 años
Un día que estaba lloviendo muchísimo, la hermana de Paco comentó: “Esto parece el Diluvio Universal”. Y entonces dijo Paco: “El Diluvio Universal, y yo sin conocer el amor”.

Iván, 6 años
“Los mayores son fuertes y no lloran de dolor... Lloran de tristeza, de amor, de cebolla...”

Pau, 9 años
Un día, viendo El padrino con sus hermanas mayores, les preguntó: “¿Qué es la Mafia?”. Y sus hermanas le contestaron: “Pues son unos señores que, a cambio de dinero, te protegen y, si dejas de pagar, tarari que te vi”. Y Pau dijo: “Ah, como la hipoteca…”

Óscar, 6 años
Su madre le dijo un día: “Si tu padre y yo nos separásemos... ¿tú con quién te irías?”. Óscar se quedó pensando un momento y respondió: “Con quien tenga Canal Plus”.

Natalia, 6 años
En el bautizo de su hermana le dijo el cura: “Natalia, ¿con qué líquido, que es símbolo de pureza, vamos a bendecir a tu hermana?”. Como Natalia no contestaba, el cura insistió: “A ver, Natalia, lo tomas cada día con la comida”. Y Natalia dijo: “¡Ah, con Fanta de naranja!”.

Manu, 7 años
El padre de Manu le hizo una sopa para cenar y le dijo: “Cómetelo, que está muy rico”. El niños tomó dos cucharas y contestó: “Papi, tú y yo tenemos gustos distintos”.

Eva, 6 años
El padre de Eva preguntó: “¿Tienes ganas de que empiece el colegio?”. La niña le respondió: “No”. “¿Y por qué?” insistió su padre. Y Eva le dijo: “Porque nos ponen deberes y luego ni nos pagan ni nada”.

Ana, 6 años
Un día Ana le dijo a su madre: “Mamá, mamá, me han enseñado en el colegio que Dios hizo el mundo en siete días: el primer día hizo la luz, el segundo el cielo…” Así fue relatando hasta el final. Cuando terminó, puso cara de asombro y dijo: “Anda ¿y qué día hizo los semáforos?”

Josu, 6 años
A Josu le gustan mucho los piratas y todo lo que los rodea. Un día su madre le pidió que se lavara los dientes, y él le contestó: “No, que me los estoy dejando de oro”.

Valentín, 7 años
Estaba el niño una mañana en el sofá viendo la tele y tocándose sus partes. Su madre lo vio y le dijo: “¡¡¡Valen!!! ¿Qué haces?” Y él respondió: “Disfrutando”

José, 8 años
Estando de viaje, José le preguntó a su padre: “Papá, ¿yo dónde me voy a morir?” Su padre le contestó: “Eso no lo sabemos, pero ¿por qué lo preguntas?” Y el niño respondió: “Para no ir nunca”.
 
 

Reflexión del bloque 4


En esta reflexión hablaré sobre lo que hablamos en clase sobre el Bloque 4, llamado LECTURA LITERARIA Y ANIMACIÓN LECTORA, lo que yo recuerdo de mi niñez y lo que pude ver en mis prácticas respecto al tema.

En primer lugar, en este tema aprendimos qué características deben tener las actividades para trabajar la lectura con los niños de primaria.

El objetivo que pretendemos conseguir cuando damos un libro a un niño es que les guste la lectura, que les entretenga, que la disfruten que desarrollen su imaginación, y lo más importante, que no se lo tomen como una obligación. Debemos intentar que los niños conozcan distintas variedades de libros, y que se fomenten los unos a los otros a leer, que tomen una actitud crítica y que su vocabulario aumente.

Debemos dotar al niño de libertad para elegir los libros que quiere leer, pues debe desarrollar sus propios gustos, y que así tome conciencia de que leer es algo bonito, algo agradable, no una imposición.

Según nos informó nuestra profesora en clase, España es uno de los países que más bajo tiene el nivel de comprensión lectora.

Comprender lo que se está leyendo, es algo indispensable en el proceso de lectura. Los niños deben tener en cuenta que la lectura depende de la situación y el contexto de la misma.

Como expliqué en entradas anteriores, en el colegio en el que hice las prácticas, los profesores achacaban la falta de vocabulario de los niños al bilingüismo. No les quito su parte de razón pero ¿cómo pretenden que los niños amplíen su vocabulario si apenas fomentan en ellos la lectura? Y no sólo es eso. Los profesores también me comentaban que los niños no se enteraban de lo que leían. Me comentaban que eran capaces de entonar y leer fluidamente pero que no comprendían los textos.

Además, por lo que he visto, lo poco que dedicaban a la lectura lo hacían toda la clase y en voz alta. ¿Por qué no fomentar entonces la lectura silenciosa (comprensiva)?

Es muy importante que los niños dediquen como mínimo 30 minutos a la lectura. Podemos leer tanto textos no literarios (por ejemplo: los enunciados de los ejercicios) como textos literarios, cuya lectura puede llevarse a cabo de distintas maneras:
-          Breve: normalmente son textos cortos, como los que se encuentras al principio de tema del libro de Lengua.

-          Larga: hablamos de los libros. Estos se pueden leer por diversos motivos:

o   Por elección propia

o   Por imposición

o   Una mezcla de ambas: se establece un libro obligatorio y además se ofrecen otros libros.

-          Silenciosa (comprensiva): es muchísimo más rápida y funciona con menos fijaciones.

-          En voz alta (expresiva)

Por lo menos la profesora de Lengua del grupo en el que estaba, mandó a los niños fichas que trabajaban específicamente la comprensión lectora. Esto me parece correcto, lo único malo, es que nos les quede otra alternativa que mandar esos deberes para realizarlos durante las vacaciones de navidad. ¿No sería mejor que los realizaran poco a poco a lo largo del curso y no todos de golpe en un par de días?

Sinceramente, algunas veces los propios profesores me dejaban con la boca abierta…

Por otro lado, también en este bloque volvimos a hablar de las bibliotecas de aula. Yo insisto en que es imprescindible que cada clase tenga la suya, que cada niño compre un libro y lo lleve a dicha biblioteca (que se lo deje a los demás y que a final de curso se lo vuelva a llevar). La profesora también es importante que aporte libros y que eche un vistazo a los que dejan los niños, pues puede dar la casualidad de que alguno no sea adecuado para su edad.

Finalmente es importante hacer un cartel con los nombres de los alumnos y los nombres de los libros. Recuerdo que cuando yo era una niña, en mi colegio nos daban un diploma a los 4 que más habíamos leído. Yo recuerdo haber recibido uno y, aunque parezca una bobada, me hacía muchísima ilusión y me hacía sentirme muy orgullosa de mi misma.

En el colegio en el que he estado de prácticas, tristemente, no había ni carteles, ni diplomas, ni nada. Por no haber no había ni lectura. Me parece vergonzoso que a estas alturas los propios profesores se piensen que una biblioteca de aula son un montón de libros apilados al final de la clase. Además ni siquiera había variedad, pues había como 20 iguales de cada uno, por lo que al final solo había cuatro o cinco libros diferentes.

Le pregunté a mi tutora cómo es que los niños no se llevaban libros a casa ni hacía fichas de lectura, y me dijo que tenía que hablarlo con la profesora de Lengua del curso. ¿Querría hablarlo de verdad con ella o sólo estaba escapándose de la conversación?

Misterio sin resolver.

Cambiando de tercio, en clase también vimos los tipos de actividades que debíamos hacer antes, durante y después de la lectura de un libro.

Actividades para antes de la lectura:
-          ¿Qué información obtenemos del libro a través de la portada, las solapas, el autor…?

-          Realizar inferencias sobre de que creen que trata el libro, es decir, realizar hipótesis.

-          Crearle intriga, que tengan curiosidad por los temas de la historia.

Actividades durante la lectura:
-          ¿Qué está entendiendo el niño de lo que lee? ¿Cuál es la interpretación que han hecho?

-          Reconocer actitudes de los personajes, que empaticen con ellos. Por ejemplo, podemos preguntarles si alguna vez han estado en la misma situación que el personaje.

Actividades para finalizar:
-          Una actividad donde imaginen el final

-          Ver la evolución del personaje

-          Interpretar actitudes y personajes

-          Cambiar al título

-          ¿Quién sería mi amigo?

-          Tienen que concluir de manera afectiva. Por ejemplo, podemos preguntarles a quién le regalarían el libro.

Que la profesora nos diera estas pautas me pareció de mucha utilidad, sobre todo para el futuro, ya que la lectura es algo fundamental que debemos fomentar en los niños, puesto que tenemos que intentar que aprendan de verdad a LEER, a comprender lo que las palabras les cuentan.

Para ello, es necesario realizar una serie de actividades como las que acabamos de ver y según que tal les vaya, recomendarles unos libros u otros, pues no todos los niños tienen el mismo nivel de comprensión lectora y debemos recomendar a cada alumno un libro que vaya con él, que sepamos que le va a ayudar en su proceso lector y que además le vaya a gustar.

Algún día cuando sea profesora, tendré en cuenta todas estas actividades, y me encargaré de ayudar a mis alumnos en todo lo que pueda para que disfruten de la lectura.



 

Reflexión del bloque 3


Esta reflexión es acerca del bloque 3, que se está dedicado a la literatura española y a la cultura literaria.

Cuando hablamos de la literatura española, todos llegamos a la misma conclusión, en primaria no se toca en absoluto. Pero eso no significa ni que sea menos importante ni que los niños no deban conocer algunos autores importantes.

Una forma muy interesante de que los niños aprendan más sobre literatura española es a través de las semanas culturales. Estas fomentan el trabajo cooperativo y les permite a los alumnos aprender de forma lúdica y mejorar su competencia de organización e investigación (del autor, personaje u obra en la que se base la semana cultural).

Creo que son una opción maravillosa para aprender disfrutando. En clase, por ejemplo, se nos mostró una semana cultural de Federico García Lorca.

Sin embargo, estas actividades se llevan a cabo muy poco en los colegios hoy en día. Ni siquiera yo recuerdo que en el colegio al que fui de niña hiciéramos una semana cultural. Sí recuerdo por el contrario, algún día que realizáramos actividades especiales sobre un autor o una obra, pero una semana cultural nunca, o por lo menos no me alcanza mi memoria. El único recuerdo que tengo, es estar decorando dos marca páginas. Uno tenía la silueta de Don Quijote y el otro de Sancho Panza. Tristemente eso es lo único que soy capaz de recordar.

En el colegio en el que hice las prácticas no tocaron la literatura española nunca, y por lo que pude hablar con la profesora, tampoco tenían intención de hacerlo. Intenté informarme sobre las semanas culturales que habían realizado en él y sobre si tenían pensado llevar a cabo alguna a corto plato y las respuestas fueron bastante desalentadoras. Según me decían, hacía muchos años que no llevaban a cabo semanas culturales y por ahora, no tenían previsto realizar ninguna.

La profesora se escudaba en el poco tiempo con el que cuentan y la gran cantidad de actividades que realiza el colegio tanto fuera como dentro del horario escolar. Claro que está bien que los niños hagan excursiones, que lleven a cabo obras de teatro y se preparen canciones, pero... ¿Qué clase de escusa es esa? ¿Qué tiene que ver eso con la literatura española?

Sinceramente, no me sorprendió en absoluto que el colegio no tuviera previsto hacer ninguna semana cultural y que llevara años sin preparar una, pues solo con ver la “importancia” que daban a la lectura en el aula podía imaginarme el resto.

Pienso que tenemos muchísimos recursos con los que enseñar a los niños y no sé por qué los profesores no los utilizan. Aunque no se lleven a cabo semanas culturales hay muchas maneras de que los niños conozcan, aunque sea por encima, obras como El lazarillo de Tormes, La celestina, Don Quijote de la Mancha… y autores de la talla de Quevedo, Cervantes, Lope de Vega, Góngora, etc.

Sé que si se fomentara más la literatura española en el colegio, una vez que llegaran al instituto no les costaría tanto estudiarla, pues ya contarían con una base.

Yo por lo menos, en el futuro intentaré fielmente promover la literatura española a través de actividades de investigación, gymkanas, y todo lo que me permitan hacer. Propondré semanas culturales y si mi propuesta no les convence, yo misma en mis clases de Lengua sacaré tiempo para que de alguna manera pueda aumentar la cultura literaria de mis alumnos.

Además, cuando seamos profesores debemos tener en cuenta que los niños a los que educamos hoy, son el futuro de mañana, y que no debemos dar la clase solo por cumplir, porque sea nuestro trabajo, sino siendo conscientes de que estamos formando personas.

 

jueves, 24 de enero de 2013

Reflexión del bloque 2


La reflexión de este segundo bloque irá relacionada con los textos folclóricos, su selección y adaptación. De modo que la empezaré  haciendo un resumen de lo que vimos en clase y de lo que he aprendido.

Hablamos en primer lugar del FOLCLORE, y mi profesora lo definió como una tradición del pueblo que ha ido pasando de generación en generación. Es decir, es una tradición antigua que ha ido evolucionando con los años debido a las manifestaciones de la cultura de un grupo.  

A continuación mi profesora nos mostró las características de los textos folclóricos, para que entendiéramos mejor el concepto:
-          Son populares.

Nacen, se desarrollan y se transmiten a lo largo de los siglos por el pueblo.

-          Son de transmisión oral.

Esta puede ser vertical (tiempo) como Caperucita Roja o horizontal (espacio) como Los Tres Cerditos.

-          No son infantiles, sino familiares

-          Un texto folclórico tiene multitud de versiones

-          También diferentes orígenes

-          No tienen autor, pues cada persona que lo cuenta, le añade algo suyo.

-          No tienen intención moralizante.

-          Reflejan la realidad de su época.

-          Reflejan los deseos y sueños del pueblo.

-          Son simbólicos.

Con esa teoría asentándose en nuestra cabeza, nos pusimos a pensar en esos cuentos que nos contaban y que contábamos de pequeños. Cada uno de nosotros lo conocía de manera diferente y eso es debido a que las cosas que nos había contado mi profesora eran verdad. En el folclore, cada persona añade algo suyo y por eso existen multitud de versiones.

Es por eso por lo que dividimos el FOLCLORE en mitos, cuento de hadas o maravillosos, cuentos de animales, cuentos de fórmula

“¿Cuentos de fórmula? ¿Qué narices será eso?” pensé al principio. No era consciente de que a pesar de no conocer el término concreto, yo había oído y contado muchos cuentos de formula.

Pues bien, los cuentos de fórmula son aquellos que debemos aprender de memoria para que al contarlos, tengan un cierto sentido. En clase vimos los siguientes tipos:

-          Cuentos mínimos. Son aquellos que se cuenta para vacilar a los niños (cuento de Maríacastaña, Juan y Pinchame, cuentos de no acabar…)

-          Cuento acumulativos. Son de argumento sencillo, pero el nudo son personajes que hacen lo mismo (La ratita presumida, El gallo Quirico…)

También nos explicaron el teatro folclórico, que se dividía en religioso y profano, y la poesía, cuyos versos tenían como fin ser recitados.

Por último, mi profesora nos hizo salir de dudas respecto a la diferencia entre VERSIÓN y ADAPTACIÓN.

Las versiones tienen cambios no intencionados, sin embargo, en la adaptación si hay una intencionalidad concreta. Lo ideal en los cuentos es que no estén muy adaptados.

A partir de aquí, mi profesora nos fue hablando de conocidos autores que adaptaban cuentos folclóricos o estaban relacionados con ellos de alguna manera:

-          Charles Perrault adaptaba cuentos intencionadamente con fin de moralizar, y los contaba tanto a los niños como al resto de personas de la corte. Al final del cuento, siempre había uhna moraleja.

-          Los Hermanos Grimm crearon una antología de textos folclóricos de Alemania para que los textos no se perdieran, y esta antología tuvo un éxito escandaloso. De ahí su fama.

-          Andersen modificaba cuentos a su gusto, hacía adaptaciones. Su vida se reflejaba en la historia del patito feo. Sus cuentos son famosos por lo triste que son.

A estos los conocía de oídas, pero más a los Hermanos Grimm. Fue muy interesante hablar sobre cuentos que todos conocíamos desde pequeños y descubrir sus adaptadores.

Otros escritores de los que hablamos, y a los cuales yo no conocía,, fueron Fernán Caballero y Mme. Le Ponde de Beaumont y Armand Berquin.

Este bloque fue bastante interesante. El segundo que más me gustó de hecho, pues fue como un regreso a la infancia. En cada clase no podía evitar acordarme de cuentos que me compraron mis padres cuando era pequeña, muy pequeña. Caperucita Roja, Los tres cerditos, Hansel y Gretel… ¡como me gustaba leerlos y que me los leyeran! (Bueno… yo más que leerlos me limitaba a ver los dibujos, pero os aseguro que esos cuentos me apasionaban) Además, muchos de esos cuentos fueron llevados al cine. O ¿quién no ha visto alguna vez la famosa película de Blancanieves y los siete enanitos de Disney?

Eso me recuerda que también aprendimos en qué consistía eso de adaptar un cuento y que pautas debíamos seguir (por ejemplo, había que respetar el esquema, y aunque los personajes cambiaran debían conservar el mismo roll)

En fin. ¿Qué más puedo decir?

Ya me estoy imaginando a mi misma enseñando refranes a los niños, contándoles viejos cuentos y también haciendo adaptaciones de otros, pues no es lo mismo contar un cuento a un niño de primer ciclo de primaria que a uno del tercero, enseñarles canciones populares, insistirles en que pregunten sobre cuentos folclóricos a sus padres o abuelos…

Está claro que hay mucho que hacer si queremos conservar esta tradición. No debemos dejar indiferentes a los niños, pues de ellos dependerá que los cuentos sigan evolucionando y transformándose.